Hola a todos. Hoy toca ver de qué manera nos deshacemos, tiramos, donamos o regalamos aquello que ya no queremos, esos objetos que han dejado de ser útiles para nosotros. Aquí de nuevo me aparecen pensamientos que no me ayudan a que me resulte fácil esta tarea: «qué mal me sabe», «y si lo necesito», «con lo que me costó», «con las personas que lo necesitan», «está fenomenal, parece nuevo», «es un cargo de conciencia», etc.
¿Y dónde me lleva esto? A que se quede «como el pegamento», incrustado en mi casa y en mi cabeza. Y cada vez que me lo vuelvo a encontrar, ¿de nuevo el mismo dialogo? Se parece bastante a un círculo vicioso con destino a… ¡NINGUNA PARTE!
Bien, veamos qué preguntas me sacan de él: 😉
¿Qué ONGs recogen en mi domicilio objetos en buen estado?
¿Cúal es el teléfono de mi ayuntamiento para preguntar por las recogidas?
¿Quién es alguien de mi entorno a quien le vendría bien?
¿Qué vendedores de segunda mano vienen y recogen a domicilio?
¿Y cuando no tengo paciencia para todo el proceso,
o a mis clientes les carga la sola idea de gestionarlo?
Yo ideé el truco del REGALO AL UNIVERSO:
Cojo una bolsa que esté bien pero que no sea de basura y deposito dentro todos los objetos, sin mezclarlos con ninguna otra cosa. La dejo en el suelo fuera del contenedor, sin cerrarla y con la picardía de que asome un poco lo que hay dentro para que se vea desde fuera.
He comprobado que en 5 minutos sencillamente ha desaparecido.
Cuando acompaño a algún cliente que emocionalmente no puede deshacerse de SUS objetos, por su significado sentimental o por SUS conflictos de valores, bajamos juntos un par de bolsas, le invito a dar un paseo a la manzana, charlando tranquilamente, y cuando a la vuelta ve que ya no están, su emocionalidad cambia a felicidad y al agradecimiento de sentirse útiles.
Entonces se vuelven entusiastas del desprendimiento material, se hacen fans del regalo al universo.
Finalizamos en la línea habitual, con estas preguntas de regalo para ti:
¿Qué objetos te vienen a la memoria que no usas hace más de un año?
¿Qué objetos ya no te agradan?
¿Qué objetos están rotos?
¿Cuál es el valor y sentido de seguir atesorando esos objetos?
¿Qué nuevos espacios y oportunidades ganarías al deshacerte de ellos?
¿A quién pueden beneficiar y enriquecer su vida?
Con todas estas reflexiones, en los próximos siete días:
¿Qué día escoges para esta actividad?
Post anteriores de la misma serie del reto:
- Reto 30 días eliminando tareas pendientes.
- Reto 1er día eliminando tareas pendientes: carteras y bolsos.
- Reto 2º día eliminando tareas pendientes: Tender la ropa, pinzas.
- Reto 3er día eliminando tareas pendientes: costura y ropa de baño.
- Reto 4º día eliminando tareas pendientes: buzones y correo.
- Reto 5º día eliminando tareas pendientes: música motivadora.
- Reto 6º día eliminando tareas pendientes: teléfono móvil.
- Reto 7º día eliminando tareas pendientes: papeleos.
- Reto 8º día eliminando tareas pendientes: cables enmarañados
- Reto 9º día eliminando pendientes: medicinas botiquín
Imagen de contendor decorado encontrada en blog.tendencias.tv